Río de Janeiro experimenta un pico de violencia en plenos carnavales por la ausencia de efectivos de seguridad suficientes. Atracos, robos armados y peleas entre bandas han ensombrecido las celebraciones más esperadas del año.
Durante los dos primeros días del Carnaval, la Policía del Estado de Río se ha visto desbordada por una oleada creciente de peleas callejeras, atracos y robos armados.
El Gobernador del Estado Luiz Fernando Pezao reconoció que, a pesar de haber desplegado 17,000 efectivos en la ciudad durante las celebraciones, fue un error no prever que necesitarían refuerzo federal. 9,000 militares se desplazaron a Río para el Carnaval del año pasado.
Las consecuencias de esta negligencia no se hicieron esperar, circulan vídeos publicados por la cadena de televisión brasileña Globo TV, donde se pueden ver enfrentamientos armados entre bandas de narcotraficantes, turistas siendo apuñalados por adolescentes en zonas consideras relativamente seguras en la ciudad.
Aunque aún no se han publicado cifras oficiales, Pezao admite que la cantidad de armas decomisadas es “increíble”.
A pesar de todo la fiesta continuó y el pasado miércoles el desfile, más político que nunca, lo ganó la escuela de Samba Beija-Flor de Nipolopis.
Para sorpresa de todos el favorito de la multitud, Paraiso do Tuiuti, quedó en segundo lugar, quizás por su polémico tema en el que ataca la reforma laboral del presidente Michel Temer y a él mismo. En una de sus carrozas aparecía un vampiro luciendo una faja presidencial.
La próxima semana Temer pretende aprobar una reforma del sistema de pensiones brasileño, que es poco probable que sea aprobada. Este año es año de elecciones presidenciales y en estos días además Brasil no quiere oír hablar de recortes. Quiere carnaval.
A @viradouro está de volta ao Grupo Especial. A escola foi a campeã da Série A do #CarnavalRio2018. #vemprorio
Raphael David | Riotur pic.twitter.com/bThuIFnxow— Rio de Janeiro (@riodejaneiro) 15 de febrero de 2018